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¿Recuerdas lo que era arrendar un libro en una biblioteca para hacer un trabajo en la universidad? ¿O encontrar un número de teléfono en las amarillas de publiguías? ¿O llegar a un destino nuevo preguntando o mirando un mapa de la Copec? Es cierto que al día de hoy todavía hay personas que recurren a medios análogos para informarse y tomar decisiones, pero con la sofisticación actual ese mundo cada vez se siente más lejano ¿Te imaginas el siglo XXI sin los tutoriales de YouTube? ¿Sin Wikipedia? ¿Sin GOOGLE?
Este 27 de septiembre, una de las plataformas más importantes de todos los tiempos, celebra 26 años transformando la forma en que buscamos, nos comunicamos y hacemos negocios. Fundado como un simple buscador, Google ha evolucionado en un motor cada vez más inteligente y tecnológico. Con más de 3 billones de visitas al mes, se ha vuelto un partner fundamental para las empresas y para quienes lo utilizamos en el día a día como herramienta de trabajo.
A lo largo de los años, la compañía ha revolucionado la manera en la que interactuamos con el contenido en internet, introduciendo herramientas como Google Ads en 2013 para permitir a sus anunciantes autogestionar sus campañas publicitarias, o los lanzamientos de Google Assistant y BERT en materia de Inteligencia Artificial, para ayudar tanto al usuario como al navegador a entender mejor las consultas y entregar resultados más adecuados.
Lo cierto es que en el último tiempo Google ha multiplicado sus esfuerzos por desarrollar productos más inteligentes, como el caso de Gemini, en afán de ganar la carrera que inició OpenAI con el lanzamiento de ChatGPT en 2022, o Generative AI para competir en el enorme ecosistema de IA’s generativas.
¿Significa esto que la inteligencia artificial llegó para reemplazarnos eventualmente? Pareciera ser una pregunta que, con frecuencia, inquieta a la comunidad, pero lejos de ser una amenaza, creo que la IA complementa capacidades y permite una mejor gestión de la data que vive en entornos como el de Google.
Si retrocedemos 6 años, un anunciante en Google Ads debía introducir una puja manual a sus campañas basándose en datos históricos, experiencia y otras variables. Hoy prácticamente todas las pujas son automáticas. Hace 4, se lanzó la versión beta de las campañas “Máximo Rendimiento”, con el objetivo de reducir la cantidad de decisiones que debe tomar un anunciante respecto a las ubicaciones y las audiencias, ya que estas cubrían toda la red y funcionan basándose en señales de audiencia, que mediante IA señalizan intenciones del usuario más que características del mismo.
La trayectoria de Google nos ha dejado claro a quienes trabajamos en esta industria que seguirán por este camino, al menos de momento, potenciando la automatización y habilitando mediante IA nuevas capacidades para simplificar procesos y tomar mejores decisiones. Al final del día, ¿quién no querría tomar decisiones basadas en datos?
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